Queridos clientes, gracias por respetar nuestra concentración

Querido, apreciado, bien amado cliente

Nos hemos sentido tan identificados con esta viñeta, que al darnos cuenta de que no es un problema sólo nuestro hemos decidido explicar a todo el que quiera escucharnos las maldades de un telefonazo a destiempo. 

El trabajo de programación requiere un elevado nivel de concentración, se empieza en un dato pequeño y a su alrededor se van construyendo estructuras, objetos, relaciones, jerarquías y algoritmos de todo tipo. Todo esto no es trivial y requiere un tiempo hasta que se plasma por escrito, el primer paso es juntar todas las piezas en la cabeza del programador como si de un mecano gigante se tratase. Cuando esta torre de naipes está a medio construir una distracción es fatal, todo el esfuerzo se desmorona y toca volver a empezar un proceso que ha podido ser largo y/o complicado, ya que al igual que los puzzles, los programas muchas veces requieren probar múltiples piezas en una posición hasta que se logra que encajen.

Por qué no se debería interrumpir a un programador

¿Significa esto que los programadores deberían hacer su trabajo en una realidad paralela al estilo matrix para no ser molestados? Pues no estaría mal en aras de la productividad, pero no sería saludable para una raza propensa al friquismo como nosotros. Simplemente aceptamos que las interrupciones existen y hacemos lo que podemos para esquivarlas... pero nos resultaría más fácil con un poco de vuestra ayuda.

Por favor, no nos llaméis para decirnos que nos habeis escrito un email. ¿No veis capaz de leer a la persona en la que has confiado para que programe una aplicación compleja? En cuanto el algoritmo esté completo y escrito, leeremos vuestro email y actuaremos en consecuencia.

Por favor, si se os van ocurriendo ideas nuevas para vuestra aplicación cada 10 minutos, apuntadlas en una lista y nos las comentáis todas de una sola vez. Incluso mejor, enviadnos la lista por email. Hay cosas en esta vida que nos tienen que hacer reflexionar, si mientras conducimos alguien nos adelanta por la derecha seguramente deberíamos pensar si vamos por el carril correcto. De igual manera, si todos los días llamo a mi programador varias veces, quizá no le estoy dejando trabajar y no es la mejor manera de comunicar con él.

Creemos que los clientes siempre tienen la razón, pero hay veces, sólo algunas veces, que nos dan ganas de quitarsela. Por favor, por nuestra frágil salud mental, respeta nuestro trabajo. Redundará en beneficio para todos.

Gracias