ÚLtimamente se oye hablar mucho de "Internet de las Cosas", que es una forma corta de decir que vamos a conectar a Internet hasta nuestras zapatillas de andar por casa, para poderlas calentar desde el móvil cuando volvamos del trabajo con los pies frios. La idea es buena, hay cosas que está muy bien poder controlar y/o monitorizar remotamente, pero a veces este tema da que pensar.
Cuando no existían teléfonos móviles se podía vivir perfectamente, y para casos de necesidad siempre se podía recurrir a una cabina teléfónica o a entrar a un bar con teléfono. Ahora que los teléfonos móviles son una extensión de nuestro cuerpo, nos preguntamos cómo podíamos vivir sin ellos, y empiezan a aparecer las primeras patologías asociadas a su uso. ¿Hemos descubierto nuevas utilidades o nos hemos creado nuevas necesidades' ¿Pasará lo mismo cuando nuestra nevera, lavadora, caldera, etc estén conectados y gestionados por software específico? ¿Seremos entonces capaces de poner una lavadora solos o dependeremos de que una aplicación nos diga qué ropa meter y cuando, a qué temperatura, y cuándo habrá que sacarla?
Se abren nuevos horizontes tecnológicos, la ropa conectada nos ayudará a detectar y prevenir enfermedades, los hogares conectados nos aportarán mayor confort y eficiencia, los coches conectados deberían ser más seguros y prácticos.... Sólo depende de los humanos dar un buen uso a tanta capacidad tecnológica. ¿Seremos capaces?